El movimiento de los relojes clásicos se debe a un complicado mecanismo, cuyo elemento fundamental es un muelle helicoidal que hace balancear a una piececita y que en su balanceo deja en libertad a otras piezas. Este movimiento rítmico produce el característico sonido de tic tac.
Los modernos relojes movidos por energía eléctrica no producen ese sonido pues no se sirven del dispositivo mecánico mencionado.
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